¡Hola a todos! Mi nombre es Elena, y trabajo como directora en un centro de enseñanza de inglés ubicado en la ciudad de Korolev (Rusia).
Me gustaría compartir con vosotros la experiencia del viaje de inmersión lingüística en Irlanda que hicimos, durante el verano de 2018, con un grupo de nuestros estudiantes rusos.
Nos encanta «la Isla Verde», ya conocíamos este maravilloso y hospitalarios país, por este motivo, considerábamos que era bastante difícil que nos sorprendiera la experiencia, sin embargo, el resultado superó todas nuestras expectativas.
La base del programa de inmersión lingüística para el aprendizaje del inglés desarrollado por EGA, está situada en la hermosa ciudad de Killarney (Condado de Kerry), en un lugar pintoresco rodeado por un impresionante Parque Nacional (a 5 minutos de la escuela) donde puedes disfrutar de la naturaleza y de lugares mágicos, como son sus impresionantes lagos naturales.
En primer lugar, me gustaría destacar el enfoque excepcional que la organización de EGA realiza en lo que se refiere a la selección de las familias irlandesas donde se alojan los alumnos. Todos ellos se alojan en casas grandes y muy cómodas. Todos los chicos/as tienen su habitación privada dentro de la casa, por lo que se respeta en todo momento su privacidad e intimidad. Las familias son muy atentas y cariñosas con los jóvenes y, en general, la gente es muy comunicativa, hospitalaria y alegre. La verdad es que tienen fama de acoger de manera muy cálida a sus pequeños invitados, y doy fe de ello. Sin duda, son y así les hacen sentirse, como un miembro más de la familia durante unas semanas.
Para que la inmersión del estudiante sea un éxito, antes de realizar la distribución de los alumnos en cada una de las familias, el Director General de EGA, una a una y de manera personal, visita y analiza cada una de las familias irlandesas y a sus propios miembros en entrevista personal, prestando atención a los hobbies y preferencias de los futuros hermanos irlandeses.
En segundo lugar, me gustaría destacar como punto fuerte del programa el nivel de la seguridad del mismo. Nos encantó la responsabilidad y la seriedad con que se desarrolla el programa, siempre pensando en la seguridad de todos los alumnos: un autobús privado que les recoge por las mañanas y por las tardes les trae de vuelta a casa; la realización de actividades escolares y extra escolares siempre están bajo la supervisión del equipo de EGA.
En tercer lugar, todo el personal tiene una actitud positiva, alegre y familiar… se nota que disfrutan con su trabajo. Francisco (Paco), el director al frente de programa, está muy atento de todos los detalles, desde la selección de las familias hasta el control total del proceso de aprendizaje y el bienestar general de los estudiantes.
Killarney es una ciudad pequeña pero con mucha vida. Tiene gran cantidad de tiendas y cafés que crean un ambiente entrañable y acogedor. La zona ofrece unas gran opciones para el ocio. Después de las clases pasamos mucho tiempo al aire libre, hicimos deporte, excursiones y muchas actividades: escalada, surf, ciclismo en el Parque Nacional situado a cinco minutos de la escuela; nadamos en los lagos… La verdad es que hemos disfrutado mucho y los chicos/as han aprendido y practicado mucho el idioma.
Los niños volvieron encantados. La mayoría comentó que estarían encantados de repetir la experiencia. Por eso definitivamente volveremos a Killarney el verano que viene, para ver a todos los amigos que dejamos allí, así como a todo el equipo de EGA. ¡Esperamos veros pronto!